Estrés calórico
- El estrés calórico en los animales sometidos a condiciones climáticas extremas durante periodos prolongados, dependerá de algunos factores.
Para contrarrestar las bajas temperaturas o el exceso de calor o a que es sometido en las fincas, el ganado acude a algunos mecanismos de adaptación metabólicos, comportamentales y fisiológicos que, en conjunto, se conocen como estrés calórico, que le permite acomodarse a tales circunstancias y, de paso, darle a conocer a quien lo vigila las necesidades de atención.
El zootecnista, especialista en nutrición y alimentación animal, Luis Antonio Cuadros, explica que, la radiación solar, la velocidad del viento y la humedad relativa, son los factores de mayor incidencia en el estrés calórico de los animales.
Dependiendo del comportamiento de esas variables es posible establecer el “índice de límite de temperatura y humedad” (ITH), que suministra valores numéricos con los cuales se establece si el animal está en una zona de confort o, por lo contrario, de alerta.
El estrés calórico en los animales sometidos por periodos prolongados a condiciones climáticas extremas, dependerá de la edad, la raza, el color y el largo del pelo, el nivel de producción de leche y la fase de lactancia.
Explica Cuadros que los animales de pelaje negro en etapas de terminación son los más susceptibles a sufrir ante temperaturas elevadas, siendo los más engrasados, los más perjudicados y que las vacas de mayor producción son las que más se afectan por el estrés calórico, en tanto que que las multíparas se afectan más que las novillas.
Signos:
Algunos signos de estrés calórico son la alta temperatura corporal, la reducción de la rumia y de la ingesta de materia seca, el incremento de la frecuencia respiratoria, la caída en la producción de leche, la elevación de conteo de células somáticas, la disminución del porcentaje de concepción, la baja de la inmunidad, el incremento de riesgo de mastitis y acidosis, la disminución de la función ruminal, el incremento de la energía de mantenimiento y el riesgo de laminitis.
¿Qué hacer?
Según Cuadros, algunas de las maneras de contrarrestar el estrés calórico son el proveer sombra y espacio suficiente en los corrales de espera, el ordeño y los comederos, ya que en condiciones como estas disminuyen la frecuencia respiratoria, la agresividad y la temperatura corporal, con sistemas de silvopastoreo y polisombras. También se sugiere suministrar agua limpia y fresca de 30 a 50 galones diarios.
Según explicó, se les debe alimentar durante las horas con temperaturas más bajas, evitar el calentamiento de los productos y revisar las heces para determinar la digestibilidad. En tal caso, hay que reformular la dieta.
María del Rocío Zapata, una campesina, administradora de la finca Ganadería Zorrillos manifestó que la sombra es definitiva, pero con árboles nativos de la zona que garanticen no solamente la frescura y comodidad, sino que también surtan de alimento durante todo el año, particularmente en aquellas épocas con condiciones climáticas más extremas.
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Fuente: Adaptado de Agronegocios de La República. Autor: Sebastián Aguirre Eastman.
Lo invitamos a ver el siguiente video que muestra sistemas de ventilación para las actividades agropecuarias:
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