Reguladores de consumo
- Con el fin de reducir costos de mano de obra y transporte, los propietarios de ganado pueden suministrar a sus animales suplementos alimenticios en forma de autoconsumo. Sin embargo, para evitar que los ingieran de manera excesiva, deben emplearse los reguladores de consumo. Conozca cuáles son.
Tal como establece el manual “Formulación de raciones para ganado de carne a pastoreo: Modelos, Métodos y Aplicaciones”, mediante los suplementos de autoconsumo, los animales tienen libre y permanente acceso al suplemento e ingerirlo a voluntad.
Sin embargo, para lograr que los bovinos solamente ingieran la cantidad asignada, se emplean reguladores de consumo como por ejemplo ácido fosfórico, cloruro de sodio, cloruro de calcio, etc.
El regulador del consumo utilizado con mayor frecuencia es el cloruro de sodio o sal común, que administrado en dosis pequeñas, constituye un eficaz estimulante del consumo de alimentos, pero que en concentraciones elevadas lo limita.
Cuando el cloruro de sodio es empleado como limitante de suplementos muy palatables como los concentrados proteicos o los concentrados energéticos, el consumo diario varía entre 0,05% y 0,15% del peso vivo.
Para regular el consumo, la sal gruesa es más eficaz que la sal fina. Además, es preferible que el suplemento tenga un similar tamaño de partículas para evitar que el animal los separe.
Otros compuestos que limitan el consumo:
Los ionóforos como la monensina pueden utilizarse para limitar el consumo de alimento en las dietas de establo, pero no son efectivos cuando se quiere limitar solamente el consumo de suplementos que se emplean en bajas proporciones como los energéticos o los proteicos.
Como lo señala el INTA de Argentina, los ionóforos pueden utilizarse combinados con otros reguladores de consumo para mejorar la eficiencia de conversión alimenticia, disminuyendo los riesgos de acidosis en animales suplementados con concentrados energéticos.
Estudios desarrollados con extractos de plantas y metabolitos secundarios mostraron el potencial de las saponinas o el aceite de anís, entre otros, para transformar la fermentación microbiana ruminal, pero se necesitan estudios con mayores dosis para confirmar sus efectos.
El óxido de magnesio es otro limitador, que por su baja palatabilidad puede ser incorporado en la ración del suplemento alimenticio diario para racionalizar el consumo.
El cloruro de calcio ha permitido disminuir el consumo de suplemento al 1% del peso vivo cuando se lo utilizó en dosis del 2,5% al 5 %. No obstante, hay que tener en cuenta su carácter corrosivo y que puede generar excesos de calcio cuando se utilizan forrajes o agua con altos contenido de calcio.
El sulfato de calcio también es de baja palatabilidad para los bovinos que ha demostrado ser efectivo para limitar el consumo a concentraciones menores que la sal, pero ha sido asociado con problemas sanitarios y puede afectar la absorción de magnesio.
Limitadores físicos:
Según Sebastián Maresca del INTA, la industria de suplementos comerciales también ha utilizado elementos físicos como los bloques o los líquidos para limitar el consumo de suplementos.
Los suplementos líquidos pueden formularse con base en melaza con incorporación de urea y minerales para corregir deficiencias proteicas y energéticas de forrajes de baja calidad. Se suministran en tanques con sistemas de rodillos para ser lamidos.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
Con el patrocinio de: