Tuberculosis bovina
Una de las enfermedades de alta importancia en la actividad ganadera es la tuberculosis bovina. Su carácter zoonótico, es decir, que se transmite de los animales al hombre, la hacen una afección de control oficial y de declaración obligatoria a las autoridades sanitarias.
Según el Instituto Colombiano Agropecuario la tuberculosis bovina es una enfermedad infectocontagiosa de curso crónico, ocasionada por bacterias del género Mycobacterium, específicamente de la especie bovis. Estas especies guardan estrecha relación con las bacterias causantes de las tuberculosis aviar y humana.
Al igual que la brucelosis y la rabia, la tuberculosis bovina tiene alto riesgo para la salud ocupacional. Es una enfermedad bacteriana crónica de larga duración y, generalmente, tiene una evolución lenta.
Como lo plantea la Organización Mundial de Sanidad Animal, el ganado es considerado como el reservorio principal de M. bovis y constituye la fuente primera de infección para seres humanos. No obstante, la enfermedad también se ha notificado en muchos otros animales tanto domesticados como no domesticados.
Dentro de los signos clínicos más comunes, se pueden encontrar debilidad, pérdida de peso y apetito, neumonía, diarrea, disnea, fiebre fluctuante y ganglios linfáticos prominentes.
De acuerdo con el responsable de cadenas, asistencia técnica y extensión de Fedegán, Ricardo Arenas, en el Manual Práctico Ganadero, la fuente de transmisión principal es un animal infectado, el cual transmite la enfermedad a través de secreciones respiratorias, la leche o las heces.
Según Arenas, en los hatos ganaderos la infección habitualmente se da por la inhalación de goticulas que un animal enfermo expulsa al estornudar, o sencillamente, por infección con agua del bebedero. Los terneros, son proclives al contagio al ingerir calostros o leche de una vaca enferma.
Prevención y control:
La tuberculosis bovina constituye un riesgo de salud pública. Por sus modos de contagio es una patología de riesgo profesional para ganaderos, médicos veterinarios, trabajadores rurales, operarios de la industria frigorífica e inclusive para los carniceros.
Al ser enfermedad de control oficial, el ICA, como la autoridad sanitaria, diseñó el “Programa Nacional de Prevención, Control y Erradicación de la Tuberculosis Bovina”, cuyo propósito es minimizar los riesgos para la sanidad animal, la inocuidad, la salud pública y la calidad de la producción.
Como medidas de prevención se destacan el Plan de Promoción y Prevención de la Salud Animal, la certificación de predios libres, la autorización sanitaria y de inocuidad, y la certificación en buenas prácticas ganaderas.
Plantea el ICA que los predios que cuenten con 2 pruebas negativas a la prueba de tuberculina con intervalo de 4 meses, se reconocerán como libres de Tuberculosis bovina.
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Fuente: Adaptado de Agronegocios de La República. Autora: Valentina Sánchez Forero.
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