Anestro

Foto: pixabay.com

• Existen diferentes factores que contribuyen a la infertilidad de las vacas, siendo el anestro uno de los principales por la depresión de la función ovárica. Dependiendo de las causas, hay diversas categorías en que se clasifica esta depresión que puede ser permanente o temporal.

De acuerdo con Holmes y Wilson, la lactancia y la nutrición son 2 de las causas más determinantes en la duración del anestro. A continuación se describen qué otros factores pueden incidir, lo que conlleva a la aparición de anestros de diferentes tipos.

Anestro fisiológico:

Este puede ocurrir como consecuencia de determinadas condiciones fisiológicas, como la pre-pubertad, gestación, el posparto  y el envejecimiento.

Jorgelina Manes, experta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), explicó que los anestros fisiológicos son los que más afectan los sistemas de cría. Existen 3 categorías: prepuberal, gestacional y posparto.

Anestro prepuberal: Manes agrega que la entrada a la pubertad está influenciada por diversos factores, como la raza, la genética, la condición corporal y la ganancia de peso.

Durante este período, la secreción de GNRH (hormona liberadora de la gonadotropina) está restringida y hay baja concentración de estrógenos, lo que no permite la actividad del eje hipotálamo hipófisis para poner en marcha el proceso de pubertad de la vaca.

Anestro gestacional: Durante la gestación aparece un nuevo mecanismo hormonal en la vida de las hembras gestantes, con secreciones hormonales de progesterona que inhiben las secreciones de gonadotropinas y no haya ovulaciones.

Anestro prepuberal: Luego del parto de la vaca, el estímulo del amamantamiento induce un periodo sin ciclos estrales, cuya finalidad es que la madre se recupere de los efectos de la preñez y asegure la supervivencia de la cría.

Los principales factores que originan este tipo de anestro son los ciclos estrales cortos y la involución uterina.

También existe el anestro por envejecimiento o menopáusico, referente a cierto reposo ovárico que produce a medida que envejece la hembra y que se puede atribuir a una alteración funcional progresiva de las glándulas endocrinas.

Anestro patológico:

Uno de estos es el anestro lactacional, que se presenta cuando el amamantamiento estimula nervios sensoriales de la glándula mamaria. Según García, la lactación inhibe la actividad funcional del ovario por que la succión estimula la síntesis de prolactina.

También puede presentarse patología con presencia de cuerpo lúteo, que puede ser persistente y quístico. Otras patologías pueden ser, comportamiento anormal del estro (ninfomanía), el celo sin ovulación, el celo silente, la anovulación y los ovarios estáticos.

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.

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Enfermedades uterinas

Enfermedades uterinas. Foto: infolactea.com

• En la medida en que la vaca se encuentre bien alimentada y se le brinde un adecuado manejo en la fase inicial de la gestación para que llegue con las mejores condiciones al parto, es menos posible que se presenten enfermedades uterinas y ováricas en el posparto.

Así lo explicó el médico veterinario Ernesto González Cely, quien explicó que las complicaciones se presentan generalmente cuando no se deja descansar a la vaca por lo menos durante 2 meses después del parto o cuando no se le ofrece una correcta suplementación alimenticia semanas antes del nacimiento de la cría.

Planteó que cuando no se le da un adecuado manejo a la vaca, lo primero que se puede presentar son las distocias, las cuales suceden cuando el parto no se desarrolla con normalidad por la mala colocación o por el tamaño del feto.

Indicó González Cely que a raíz de las distocias se ocasionan lesiones o rasgaduras del cuello uterino que pueden complicar los futuros partos de una vaca.

Agregó que cuando se presentan deficiencias de minerales y cuando hay enfermedades carenciales y metabólicas pueden generarse retenciones de placenta que terminan en Endometritis, Salpingitis, entre otras patologías.

Según el experto, es necesario que el profesional, administrador o encargado de la finca utilice siempre el termómetro, instrumento que debe colocarse en las mañanas y en las tardes durante el ordeño.

Anotó que esto se realiza con el fin de conocer si la vaca presenta fiebre. Muchas veces puede no haber retención de placenta, pero si quedan líquidos, pueden generar infecciones que hacen que el animal reduzca su producción.

Las enfermedades que se generan por deficiencias de fósforo, calcio y de la misma glucosa en la sangre, tienen como consecuencia algunas dificultades como la retención de líquidos en el útero.

Comentó que luego del parto también se pueden presentar los denominados anestros, los cuales suceden cuando no es adecuada la alimentación.

Indicó que cuando se habla de anestros, se hace referencia a animales que no van a entrar en calor y no van a tener su ciclo estral como debe ser.

Otra patología que puede presentarse son los quistes, de tipo luteales o foliculares. Los primeros son de difícil solución, en tanto que los segundos son más manejables y generalmente pueden diagnosticarse con una palpación.

Así mismo explicó que los quistes suelen ser frecuentes y en muchas ocasiones puede ser el profesional quien los genera cuando, por ejemplo, hay retenciones de placenta y aplican algunas sustancias como los estrógenos.

Según González, en zonas de ladera, muy inclinadas, y además hay enfermedades carenciales, pueden producirse prolapsos uterinos antes o después del parto, es decir, se sale la matriz por la vagina de la vaca.

En conclusión, una correcta alimentación juega un papel fundamental en la producción ganadera. Cuando los animales tienen una buena nutrición, las enfermedades, en su mayoría, pueden evitarse o resolverse.

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero. Enfermedades uterinas

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