Planificación forrajera

Forraje – Agrosavia
El fenómeno de El Niño es un evento climático que sucede cada cierto tiempo y que afecta a diferentes partes del mundo, especialmente en la región del océano Pacífico. Se caracteriza por un aumento de la temperatura superficial del océano, lo que ocasiona significativos cambios en el clima y en los patrones de lluvia.
Muchos sectores y actividades se ven afectadas debido a estos cambios, como es el caso de la ganadería, ya que la falta de lluvias puede afectar el crecimiento de las pasturas y la disponibilidad de agua para los animales. Esto puede conducir a una disminución de la cantidad y calidad de la producción de leche y carne y, en algunos casos, hasta la muerte de los animales por la falta de agua y alimento.
Además, las sequías pueden aumentar los riesgos de incendios forestales, lo que también puede afectar negativamente la producción ganadera.
Planificación forrajera:
La planificación forrajera da solución a estas afectaciones que representa este fenómeno para los productores en la alimentación de los bovinos.
Este es un procedimiento que le permite al empresario ganadero planear una cosecha forrajera, que mediante su almacenamiento puede programarse y adaptarse de acuerdo con las necesidades. Además de poder programar las cantidades, se puede asegurar la calidad y la nutrición del hato.
Según comentó Ricardo Arenas, encargado de cadenas, asistencia técnica y extensión de Fedegan, en momentos críticos, como el que se puede avecinar, por factores como el fenómeno de El Niño, que ya tiene más de 60% de probabilidades de ocurrencia, se debe comenzar a planificar.
En las cosechas de los forrajes, el clima tiene alta influencia. El exceso de agua y las sequías prolongadas, afectan la producción forrajera en calidad y cantidad, es por ello que hay que iniciar a cosechar desde ya.
La planificación forrajera le permite al ganadero, asesorado por un experto en nutrición bovina, tomar las medidas necesarias de manejo de los potreros y de su inventario ganadero.
Esta herramienta no solamente hace posible soportar las necesidades de alimentos de los hatos ganaderos, sino que permite prepararse para hacer frente a los efectos de los fenómenos climáticos sin esperar a que se presente la escasez de comida, lo cual obliga a muchos ganaderos a acudir a soluciones que resultan costosas.
Según el experto, se deben tener en cuenta dos ejes; la oferta, que se refiere a la disponibilidad de los recursos alimenticios del potrero, y la demanda, que corresponde a los requerimientos nutritivos mínimos de los animales para su mantenimiento y la producción óptima.
Pasos para una buena planificación forrajera:
Primero debe definirse el área de cada potrero y del predio en general, luego realizar el aforo de cada potrero. Hay que determinar la cantidad de cosechas que se podrían tener al año de acuerdo con la zona geográfica, la especie de pasto, el tiempo de recuperación de cada especie, la precipitación y la fertilización.
Es clave estimar y descontar de los aforos, los desperdicios de forraje según el tipo de pastoreo. Debe calcularse la carga animal con el inventario ganadero realizando la sumatoria del total de los kilos de peso vivo en la finca.
También se debe realizar el balance del forraje verde disponible y los requerimientos en el tiempo para definir si se requiere de medidas adicionales.
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Fuente: Adaptado de Agronegocios de La República. Autora: Nicolle Altamar.
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