Pasto Toledo

Pasto Toledo. Foto: zoovetesmipasion.com
- La Brachiaria brizantha cv Toledo (CIAT 26110) es una especie forrajera introducida a Colombia de Burundi (África) en 1985. Entre sus principales propiedades están su fácil establecimiento, su mayor tolerancia a períodos secos y a suelos arenosos y arcillosos.
El Toledo es una planta gramínea perenne que crece formando macollas, desarrolla raíces en los entrenudos y alcanza hasta los 1,6 metros de altura.
Desde su Introduccción a Colombia por el CIAT en 1985, ha sido sometido a diversas evaluaciones adelantadas por Agrosavia en convenios con el Fondo Nacional del Ganado (FNG) y Fedegán, así como el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, demostrando un amplio rango de adaptación.
Crece bien en trópicos húmedo y subhúmedo, adaptándose mejor en aquellos sitios con suelos de mediana a buena fertilidad. Ofrece semillas de alta calidad, pues según pruebas efectuadas en los Llanos Orientales durante las temporadas de lluvias, la floración alcanza entre 50 y 150 kilos por hectárea.
También tolera mejor las épocas secas que otros cultivares como Marandú y La Libertad, y presenta baja susceptibilidad a hongos foliares y radiculares, pero no a otras plagas como la hoja blanca o salivazo de los pastos.
Se produce bien entre los 0 y los 1.800 m.s.n.m., soporta temperaturas entre 17 y 27°C y precipitaciones pluviales entre 1.000 y 3.500 mm/año, aunque también tolera sequías prolongadas. Su producción de forraje anual puede alcanzar las 30 toneladas de materia seca por hectárea.
Ello permite cargas animales superiores a los 2.5 animales por hectárea, con periodos de descanso entre 14 y 21 días, especialmente en épocas de lluvias. En relación con su calidad nutricional, el nivel de proteína cruda está entre 7 y 12%, y la digestibilidad es de 55 a 70%.
En pasturas bien manejadas, vacas Holstein y Holstein x cebú han alcanzado producciones de leche de 8,5 kg/vaca al día, según trabajos de Agrosavia y el CIAT. Para producción de carne, una carga de 1.400 kg/ha puede producir 3 kg de carne/ha por día, soportando cargas entre 2 y 5 animales/ha.
En razón al crecimiento en macollas, normalmente en suelos recién establecidos no cubre todo el suelo, pero esa condición mejora con el enraizamiento de los tallos sometidos al pisoteo de los bovinos.
Entre sus limitaciones, se mencionan el encharcamiento y la caída de los niveles de proteína (por abajo del 7%) por su rápido crecimiento, por lo que se recomienda manejar cargas de animales altas y pastoreos frecuentes para evitar esta reducción.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
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