Fiebre Q
- Aunque la fiebre Q no es de alta mortalidad, es importante tenerle atención y tomar las medidas preventivas necesarias para evitar su propagación tanto entre los animales como en las personas.
La fiebre Q, una enfermedad bacteriana muy extendida, poco conocida, presente en casi todos los países que infecta a mamíferos, aves, artrópodos y reptiles.
También puede afectar al ser humano. Se contagia por la inhalación de partículas de polvo contaminadas o la ingestión de leche cruda. Es una enfermedad incluida en el “Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal” de declaración obligatoria.
Según explica el portal ganaderia.elika.eus, los síntomas clínicos son muertes prenatales, abortos y trastornos reproductivos, aunque por lo general es asintomática, por lo que se requiere de un diagnóstico de laboratorio.
Por su parte, MSD Salud Animal afirma que es una infección bacteriana causada por Coxiella burnetii, una bacteria intracelular del orden Legionellales. La presencia de esta bacteria se ha documentado en todo el mundo. Los países tropicales con frecuencia reportan casos y brotes de extensión variable.
La propagación de la fiebre Q se puede dar principalmente luego de los partos, ya que hay concentraciones elevadas de la bacteria en el líquido amniótico y la placenta. También se disemina a través de la leche, heces y orina. Tiene capacidad de perdurar largo tiempo en el medio por su gran resistencia ambiental.
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Pueden presentarse signos clínicos como partos prematuros o nacimiento de animales raquíticos o muertos, abortos tardíos con placentitis necrotizante y mastitis subclínica en vacas lecheras.
En rumiantes se requiere la confirmación del laboratorio para descartar otras enfermedades causantes de aborto. En el contexto de abortos seriados o nacidos muertos, pueden tomarse muestras de secreciones vaginales, la placenta y tejidos de fetos abortados (hígado, bazo, pulmón o contenido gástrico). Para estudiar la diseminación bacteriana, se pueden tomar muestras de la vagina, la leche y el calostro.
Actualmente, la PCR constituye la herramienta de elección para su diagnóstico. Sin embargo, también se efectúan pruebas serológicas como la prueba de fijación de complemento (FC) y la de inmunofluorescencia indirecta (IFAT).
Prevención y control:
La vigilancia epidemiológica es primordial para prever posibles focos de infección y para una rápida implementación de medidas de control.
De acuerdo con ganaderia.elika.eus, la prevención y el control en las ganaderías contemplan estrictas medidas de higiene y bioseguridad. Para el caso de las personas también se recomienda reforzar la bioseguridad en el ámbito laboral.
Restricción de acceso a personas ajenas al hato, ropa y calzado de uso exclusivo al interior de la finca, control del acceso de personas ajenas y de vehículos, desinfección periódica de instalaciones y equipos.
Entre las medidas recomendadas también están la formación y sensibilización del personal sobre el control y prevención de la infección, así como realizar muestreos periódicos en leche de tanque, fluidos vaginales, sueros sanguíneos, etc.
Si se presentan abortos se debe realizar una adecuada gestión en los puntos críticos de parto y postparto para evitar la propagación de la enfermedad.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
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