Descanso
- Las vacas de producción lechera deben de tener un horario de descanso de 10 a 14 horas cada día. El tiempo que las vacas dedican al descanso es fundamental, ya que la reducción del tiempo que están echadas puede afectar su producción.
Así se plantea en artículo publicado en el portal de Actualidad Ganadera, en el que se indica que a pesar de que es difícil demostrar que el descanso de los bovinos genera mayor productividad, es cierto que cuando esto no se presenta, se generan más costos y la explotación es menos rentable.
También se indica allí que las instalaciones tienen un efecto importante en la salud, descanso y el rendimiento de las vacas lecheras.
Cuando una vaca se encuentra echada, optimiza la rumia y genera más saliva, reduciendo el riesgo de acidosis ruminal. Además, es mayor el aporte de sangre a la ubre en una vaca echada (5 litros/min) que en una vaca de pie (3 litros/min); esto mejora el funcionamiento de la ubre y aumenta la producción de leche.
Así mismo se indica que la vaca dedica de 6 a 7 horas a rumiar, de 4 a 5 a ingerir alimentos hasta en 19 tomas diferentes y a relacionarse o interactuar con otras vacas unas 2 a 3 horas.
En cambio, afirma el artículo, cuando el animal está de pie durante un tiempo prolongado, suele aumentar la presión dentro de la cápsula de la pezuña, lo que produce hipoxia (disminución del suministro de oxígeno) o isquemia (flujo sanguíneo restringido), lo que aumenta el riesgo de cojeras y reduce la producción de leche.
En otro artículo publicado en el portal maxideza.com se afirma que de acuerdo con diversos estudios, se sabe que 1 hora más de descanso equivale a 2 litros más de leche en cada ordeño, razón por la que Isabel Blanco Penedo, veterinaria e investigadora de la comarca del Deza, afirma que las vacas que más producen no son las que más comen, sino las que más descansan.
El descanso en las vacas contribuye a una mayor irrigación en la ubre, mayor salivación, mayor producción de leche, mayor actividad del rumen y mayor alivio de las articulaciones y las patas. Para que las reses descansen mejor es importante diseñar las instalaciones pensando en su confort. Esto se consigue reduciendo la humedad del suelo y con cubículos amplios y cómodos. Asimismo, las camas deben estar secas para prevenir golpes y lesiones.
En la nota de Actualidad Ganadera se explica que cuando las vacas no se encuentran cómodas, prefieren permanecer de pie para no experimentar el dolor asociado con el hecho de echarse o levantarse en superficies inadecuadas. Además que en estos casos también aumentan los casos de vacas echadas total o parcialmente fuera de la zona de descanso, por ejemplo, en los pasillos. También, en explotaciones con cubículos deficientes aumenta el número de vacas que presentan la conducta llamada «perching», consistente en que la vaca tiene las patas delanteras en el cubículo y las traseras en el pasillo.
Una disminución del tiempo de descanso por malas condiciones de alojamiento afecta el sueño y, a su vez, la falta de sueño puede afectar el sistema endocrino, perjudicar la función inmune y aumentar el gasto energético.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
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