Antioxidantes
- Un antioxidante puede definirse como una molécula que retarda o impide la oxidación de la membrana plasmática de las células. De acuerdo con los expertos, se suministran al ganado para prevenir ciertas enfermedades y mejorar la eficiencia productiva de los animales.
El estrés oxidativo proviene de estudios realizados sobre la importancia de suplementos para la prevención de ciertas patologías metabólicas o la incidencia de mastitis, entre otros tipos de enfermedades.
Emmanuel Iglesias y Alejandro Córdova explicaron en la revista Ganadero de México que este tipo de estrés se considera como un trastorno primario, relacionado con enfermedades como edema de la ubre, mastitis y déficit en la síntesis de hormonas esteroides en las vacas.
A las vitaminas procedentes de los procesos de oxidación de la célula se les denomina antioxidantes y son compuestos que previenen o retrasan el estrés oxidativo que degrada los alimentos, instaura problemas organolépticos y puede ocasionar secuelas toxicológicas importantes.
Los antioxidantes se dividen en enzimáticos (endógenos) y no enzimáticos (exógenos). Los primeros están regulados de acuerdo con los requerimientos celulares o son inducidos por agentes endógenos, en tanto que los segundos son un grupo de moléculas que capturan los radicales libres y generan especies químicas menos nocivas para la integridad celular.
A diferencia de las enzimas se consumen cuando reaccionan con los radicales libres, y deben ser remplazados. A nivel nutricional, estos son los más importantes en la producción animal.
También se clasifican según su origen en naturales y sintéticos. Los naturales están en los vegetales y son compuestos fenólicos que en concentraciones bajas, pueden prevenir algunos de los procesos relacionados con el desarrollo del cáncer y de enfermedades cardiovasculares.
Por su parte, los sintéticos fueron desarrollados ante la necesidad de tener una protección más económica y efectiva que los antioxidantes naturales. Los 4 más empleados en la industria alimenticia y la conservación espermática son BHA, BHT, TBHQ y Galato de Propilo, que aun cuando contribuyen al control de reacciones oxidativas se utilizan menos por los riesgos en la salud de los consumidores.
Alimentos ricos en antioxidantes:
La vitamina E (que forma parte del grupo de los no enzimáticos) es aportada por forrajes frescos y verdes que son ricos en este compuesto, mientras que los conservados como ensilajes y henos poseen entre 20 y 80% menos.
Otro destacado antioxidante, el selenio, está disponible en el suelo y en la composición botánica del tapiz. Las leguminosas tienden a contener menos Selenio que las gramíneas. En los períodos de precipitaciones altas, su contenido en las pasturas también disminuye.
En los granos de cereales es muy variable, pero en los subproductos de origen animal (salvo los productos lácteos), como la harina de pescado, generalmente poseen altas concentraciones de Selenio.
Vegetales como aguacate, cebolla morada, ginkgo, ajo, avena, eucalipto, hierbabuena y perejil son excelentes antioxidantes, al igual que frutas como uva, toronja, mandarina, naranja y limón.
Su consumo en animales de granja no solamente redunda en beneficios económicos sino también en mejoras de la calidad de producciones de leche, carne y huevos, al suministrar diversas sustancias como selenio. vitamina E, cobre, zinc, cromo, vitamina C y carotenoides.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
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