Cama fría
- El sistema de cama fría es una alternativa eficiente y rentable para las explotaciones ganaderas, con beneficios en el bienestar animal y la reducción de costos.
En la búsqueda de mejorar eficiencia en las ganaderías, la ‘cama fría’ es una alternativa frente a los sistemas habituales de manejo en establos.
Este enfoque ofrece significativas ventajas en la disminución de infecciones intramamarias, como la mastitis clínica y subclínica, así como con el ahorro al reducir los costos de instalación y manejo.
Los médicos veterinarios Nuria Roger y Luis Miguel Jiménez, en una investigación explican que en la cama fría de un sistema estabulado, el material de cama (generalmente aserrín o paja) no se renueva constantemente, evitando así aumentos de temperatura causados por el material de cama y la fermentación de los desechos, lo que contribuye a mantener la superficie de descanso seca y fresca.
A diferencia del sistema de cama caliente, que demanda añadir constantemente más material para absorber humedad, la cama fría se airea regularmente para conservarla en condiciones óptimas. De acuerdo con los expertos, este sistema permite lograr 3 objetivos:
Objetivos:
- Camas secas:La frecuente aireación evita la acumulación de humedad.
- Camas frías:Al no añadir más aserrín o paja, se previene la fermentación, que es la principal fuente de calor.
- Sin nutrientes:Al no incorporar nuevos materiales de cama, se priva a los microorganismos de los nutrientes que requerirían para prosperar, lo que reduce los riesgos de infecciones.
En ese orden de ideas, entre las ventajas de la cama fría se encuentra la reducción de los costos porque permite la disminución de gastos relacionados con compra de materiales de cama, prevención de infecciones puesto que la menor cantidad de material orgánico y la reducción de la humedad disminuyen el desarrollo de bacterias patógenas y en consecuencia se mejora el bienestar animal ya que los bovinos tienen mejores condiciones para descansar.
Según los profesionales, si bien la cama fría ofrece ventajas, su éxito depende de un adecuado diseño de las instalaciones. En caso de instalar un establo nuevo, es muy importante asegurar una correcta ventilación natural.
Recomendaciones:
Detallan Jiménez y Roger que esto se logra con la construcción de establos con altura, con más de 9 metros en su punto más alto y mínimo 5 metros en el punto más bajo.
Dentro de este espacio, el área de descanso para los bovinos debe ser amplia. La separación entre el área de descanso y la zona de alimentación puede hacerse con un bordillo o un muro de 1,2 metros de altura. El pasillo de alimentación debe tener entre 4,5 y 5 metros de ancho, lo que garantiza un adecuado acceso a los bebederos y comederos, que para mantener la higiene, se colocan en el lado del pasillo de alimentación.
Según Jiménez y Roger, en los casos de las ganaderías que ya tienen establos en uso, su acondicionamiento puede ser tan simple como modificar el manejo de la cama existente o cubrir patios de recreo a fin de ampliar el espacio disponible por animal.
Esto indica que el éxito de la cama fría radica en su adecuado manejo. A diferencia de los sistemas convencionales, en estos no se debe añadir más aserrín o paja una vez alcanzado un espesor mínimo de 35 a 40 cm, salvo en casos en que la cama esté excesivamente húmeda, como en las temporadas de lluvias.
Es por esto que para mantener la cama en condiciones óptimas, se debe airear 2 o 3 veces al día, coincidiendo con los tiempos en que las vacas están en el ordeño. Este proceso no solamente ayuda a mantener la cama seca, sino que además evita la fermentación del material, garantizando que la superficie permanezca limpia y fría.
Fuente:
Adaptado de CONtexto ganadero.
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