Síndrome
- El “síndrome del ternero débil” es un término que se le aplica a un becerro que nace vivo pero carece de vigor, tarda en colocarse de pie y es probable que no intente amamantar. En este artículo Contexto ganadero explica cómo identificarlo y las causas que pueden ocasionar esta situación.
La doctora Michelle Arnold, perteneciente al Laboratorio de Diagnóstico Veterinario de Reino Unido, en un artículo para Beef Magazine escribió que con un excelente manejo, algunos terneros débiles sobreviven pero la mayoría mueren poco después del nacimiento.
Los que sobreviven son predispuestos a desarrollar neumonía o diarrea, crecen lentamente y tienen pesos al destete más bajos. Aunque la situación es difícil de solucionar en el parto, la identificación y corrección de los problemas subyacentes ayudan a prevenir el síndrome en el futuro.
Según Arnold, los factores que contribuyen a la presencia de terneros débiles son: inadecuada nutrición de la vaca en el embarazo, parto difícil o distocia y las enfermedades infecciosas, especialmente la diarrea viral bovina.
Inadecuada nutrición preparto.
La nutrición de la madre es fundamental para preparar a un ternero para la vida, pues la dieta no solamente debe satisfacer sus propias necesidades de mantenimiento.
Durante los 50 a 60 días finales de gestación, se presenta cerca del 80% del crecimiento del feto, lo que requiere de nutrientes adicionales para desarrollar la grasa requerida para suministrar energía al recién nacido hasta que tome el calostro adecuado.
Investigaciones han mostrado que los terneros nacidos de vacas con dietas inadecuadas presentan menor vigor, menos reservas de tejido adiposo marrón, menor capacidad para calentarse y tardan mucho más tiempo en ponerse de pie luego del nacimiento.
Las novillas y las vacas delgadas o viejas tienen mayor probabilidad de tener terneros débiles, ya que no pueden competir por el alimento y el heno y deben alimentarse por separado para permitirles el acceso a los nutrientes que requieren.
Deficiencias de vitaminas y minerales traza también han sido asociadas con el síndrome. Si las vacas no se complementan con adecuadas cantidades de selenio durante la gestación, el ternero nacerá con una severa deficiencia de este elemento.
Por ello, la autora recomienda tener en todo momento una mezcla de oligoelementos con vitaminas frente a las vacas o mezclada en el suplemento para asegurarse de que los terneros nazcan con cantidades suficientes.
Distocia (parto difícil).
Un becerro involucrado en una distocia tendrá menor energía y tardará más tiempo en ponerse de pie y mamar. A menudo se aprecian signos físicos como hematomas, cabeza hinchada, fracturas y exceso de líquido en la tráquea o en los pulmones.
Un bajo nivel de oxígeno en la sangre (hipoxia) ocasionado por un parto prolongado también afecta el funcionamiento del sistema nervioso central (médula espinal y cerebro).
Además, un ternero puede presentar costillas rotas que afecten su capacidad de respiración. Un signo fácil de percibir de un parto difícil es la tinción amarilla o marrón del pelaje del ternero debido al meconio (primera evacuación tras el parto).
Si un ternero no se para y amamanta dentro de 1 hora luego del nacimiento, debe ser alimentado con calostro ordeñado de la madre o utilizar un reemplazante, que debe administrarse entre 1 y 2 horas después del parto.
Los terneros débiles que nacen durante climas fríos y húmedos con poca grasa marrón (reservorios de energía) pueden desarrollar hipotermia (baja temperatura corporal) y no se pueden parar o mamar hasta que se calientan.
Un baño con agua tibia, una lámpara de calor, un piso caliente o un secador de cabello pueden calentar rápidamente a un ternero frío. También pueden usarse almohadillas térmicas, teniendo cuidado puesto que pueden ocasionar quemaduras.
Causas infecciosas: virus de la diarrea viral bovina y leptospirosis.
Se han diagnosticado infecciones tanto por el virus de diarrea viral bovina como por la espiroqueta Leptospira en terneros débiles. Si una vaca no es vacunada o está mal vacunada se infecta con el virus BVD durante su gestación, no hay buenos resultados.
El ternero puede nacer débil o con defectos congénitos como paladar hendido, una cabeza abovedada, cataratas u otros defectos oculares, o puede nacer como un ternero que se infecta persistentemente.
La otra posible causa infecciosa, la leptospirosis, no es comprendida por completo, pero se están adelantando estudios para determinar su importancia.
Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.
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