Vaca recién parida

Foto: ruminants.ceva.pro

• El adecuado manejo de la vaca recién parida requiere atención en diferentes áreas para asegurar el bienestar del ternero y la eficiencia productiva.

El manejo de una vaca recién parida es fundamental puesto que durante el posparto, la vaca atraviesa importantes cambios hormonales metabólicos y fisiológicos que requieren de atención especializada.

El médico veterinario Miguel Sánchez Flores indica que el cuidado de una vaca recién parida es fundamental para garantizar el bienestar y prevenir complicaciones. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo cuidar la vaca para garantizar un adecuado parto, la salud del binomio madre-cría y la producción láctea)

Afirma Sánchez Flores que si se cuida bien a las vacas recién paridas se garantiza que estos animales produzcan una buena cantidad de leche y para el caso de la carne, que el ternero que alimentará esa vaca crecerá adecuadamente.

Es por esto que el profesional asegura que para tener un parto exitoso para la vaca y para el ternero, se deben revisar 7 aspectos:

Verificación del estado general de la vaca:

Es clave observar la conducta del animal y sus posturas, asegurándose de que no presente signos de debilidad extrema, incomodidad o dolor.

Según el profesional, se debe revisar el animal, observar si la vaca está decaída, si no puede levantarse, si no puede caminar, es decir, se debe ser muy observadores y analizar cómo está el animal.

Verificación de la expulsión de la placenta:

La expulsión de la placenta es indicativo de un posparto normal. En condiciones ideales, la placenta debe ser expulsada dentro de las 6 horas siguientes al parto. Sin embargo, en algunas ocasiones, la vaca puede retener la placenta durante más de 12 horas, lo que constituye la situación patológica conocida como retención placentaria.

Indica Sánchez Flores que hay se debe analizar que la placenta esté completa. En muchas ocasiones el animal solo expulsa la mitad y la otra mitad está dentro de la vaca. Una placenta retenida puede traer consigo una infección que desencadena en otras patologías.

Revisión de la ubre:

Se debe comprobar que la ubre no esté endurecida o inflamada, lo que puede ser indicativo de mastitis. Describe el experto que en esa etapa es común que las vacas tengan infecciones, fibrosis y hasta sangre, por ello hay que verificar que las vacas tengan buena salud de la ubre.

Ofrecer agua:

Durante el parto, las vacas pierden una considerable cantidad de líquidos y energía, por lo que es indispensable que se les proporcione acceso permanente a agua fresca y limpia inmediatamente después del parto. En palabras de Sánchez Flores, hay que darle a la vaca recién parida, agua fresca y limpia.

Mejorar la alimentación:

Tras el parto, la vaca requiere de nutrientes adicionales para reponer las reservas energéticas consumidas durante el proceso. El incremento de la oferta de energía en la dieta debe ser gradual y constante. Es recomendable suministrar forrajes de alta calidad, con suplementos de vitaminas y minerales.

El profesional considera que de todas las etapas de los bovinos, la vaca recién parida es la que tiene mayores requerimientos. Entonces una vaca en este estado tiene altas exigencias, por lo que hay que darle una alimentación rica en energía, con proteína de calidad para que pueda dar una buena cantidad y calidad de leche.

Prevención de problemas metabólicos:

Según menciona el académico, hay que vigilar que el ganado, especialmente el lechero, no presente problemas metabólicos,. En estos se puede presentar cetosis e hipocalcemia, también conocida como fiebre de leche.

Aplicación de medicamentos:

Luego del parto, puede requerirse aplicar algunos medicamentos preventivos para garantizar la salud de la vaca. Estos pueden incluir antibióticos para la prevención de infecciones uterinas o antibacterianas locales en los casos de lesiones o heridas perineales.

Concluye Sánchez Flores que estos medicamentos dependen del proceso de parto de la vaca. Si el animal no tuvo ningún problema al parir, se recomienda aplicarle vitamina D, complejo B y minerales inyectables.

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.

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Vacas lecheras

Foto: Fedegán FNG

• El manejo alimenticio de las vacas lecheras es un asunto crítico que influye de forma significativa en la producción de leche.

Esta premisa tiene aún más relevancia al considerar que el costo de alimentación constituye al menos el 50% del costo total de producción de la leche. Además, una adecuada alimentación no solo impacta en la producción de leche, sino también en la sanidad y reproducción del ganado lechero.

El ingeniero agrónomo Sergio Hazard, explica que las necesidades nutricionales de las vacas varían según su peso vivo, etapa de lactancia y nivel de producción. Por ello, es fundamental formular una óptima ración que considere una adecuada proporción de forraje y concentrado.

Uno de los más importantes aspectos en la alimentación de vacas lecheras es estimular un consumo alto de alimentos para maximizar la producción de leche. No obstante, diferentes factores influyen en el consumo voluntario de los bovinos, como las características individuales del animal, la calidad del alimento, el manejo y las condiciones climáticas.

Los nutrientes esenciales que hacen parte de la dieta de las vacas lecheras incluyen azúcares, grasas, proteínas, agua, vitaminas y minerales. Es mediante el consumo de estos nutrientes que los animales consiguen la energía requerida para producir leche, mantener sus funciones vitales y reproducirse. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo influye el tipo de alimentación de las vacas en la producción de la leche)

Alimentación de vacas lecheras en pastoreo:

Según Hazard, producir leche en los sistemas pastoriles resulta más económico que en los sistemas estabulados durante todo el año.

La ventaja principal de los sistemas de pastoreo está en que las vacas pueden consumir el forraje disponible en el potrero. No obstante, una importante ventaja es la imprevisibilidad del consumo individual y la variación en el consumo entre animales.

Para gestionar de forma eficaz la alimentación en pastoreo, es necesario considerar la disponibilidad de forraje en el potrero. Se recomienda que las vacas entren al potrero cuando la disponibilidad de materia seca sea de 2.000 a 2.500 kilos por hectárea.

La cantidad de días que las vacas pueden pastorear depende de varios factores, como disponibilidad de forraje, número y peso de los animales, consumo de materia seca y etapa de lactancia.

Alimentación de vacas estabuladas:

Según Hazard, aunque la alimentación de vacas estabuladas parece más sencilla, en la realidad puede ser más difícil y costosa. Así como en los sistemas de pastoreo, es fundamental separar los animales en grupos según su nivel de producción y estado de lactancia.

Durante los periodos de escasez o abundancia de lluvias, es esencial realizar un análisis detallado de los ensilajes y heno. Con este análisis se puede determinar los niveles de materia seca, energía metabolizable y proteína cruda, aspectos claves para formular una dieta equilibrada y satisfacer los requerimientos nutricionales de las vacas.

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.

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