Dieta equina
Los equinos son animales herbívoros y por su individualidad no hay una fórmula que garantice un crecimiento y nutrición ideales para su desarrollo, por lo que es necesario comprender algunos factores relevantes desde su nacimiento, para que con el tiempo, se conviertan en ejemplares ideales sin importar la actividad que van a desarrollar en el futuro.
Aspectos como la cantidad y la constancia de la alimentación, la raza, tamaño, edad, peso, clima carga de trabajo y salud tienen un papel muy importante en el desarrollo del equino. Sin embargo, la salud y crecimiento futuro de los potros se genera desde los primeros días de gestación y la alimentación de la madre constituye un factor que incidirá dramáticamente en el caballo.
Buena alimentación:
El nutricionista, director técnico de Ganadería Italsal y Equinos, Alberto Navas Camacho, explicó que este factor es tan importante que se ha encontrado que niveles muy altos de azúcares y almidones en la última etapa de gestación de la madre, se asocian con problemas ortopédicos de los potros en el futuro. Resaltó el nutricionista que debe existir una dieta equina para cada para cada una de las fases por la que pasa el animal.
Manifestó Navas que no todos los alimentos son adecuados para todas las fases. Las dietas de cada etapa fisiológica deben diseñarse de acuerdo con los requerimientos particulares.
Otras claves:
Lactancia. La calidad de la leche y especialmente del calostro son muy importantes en la integridad intestinal, elemento esencial en la capacidad cognitiva, el desempeño y la repuesta deportiva del ejemplar.
Peso y talla. Para la dieta equina de los potros y las potrancas es muy importante conocer la talla y el peso pues a partir de allí puede construirse el perfil de aminoácidos para proporcionar la cantidad adecuada de proteínas, así como monitorear el peso y la condición corporal durante el proceso de crecimiento. Ello es necesario para determinar la dieta requerida, efectuar el correcto seguimiento de su desarrollo y para la dosificación de suplementos y medicamentos.
Herbívoros. Los carbohidratos estructurales son primordiales, la mayor alimentación de los caballos debe estar constituida por forrajes, es decir hierba, ya sea en pasto, paja, heno o alfalfa. Siempre se debe ofrecer a voluntad y lo ideal es que el caballo consuma entre el 1,5% y el 1,8% de su peso en materia seca cada día. Como recomendación, el forraje verde contiene más nutrientes y suministrado en fibras largas mejora la masticación, digestión y salivación.
Agua pura y limpia. Este elemento es esencial para los caballos y se debe proporcionar a voluntad durante todo el día y la noche, pues los equinos tienen una termorregulación muy deficiente y requieren más agua que otro animal de su peso, en promedio entre 18 y 56 litros diarios.
Minerales. Complementar la alimentación con sal blanca, zinc, cobre, yodo y otros minerales es importante para llenar algunos vacíos nutricionales que no se consiguen con el forraje y los granos. Deben suministrarse con constancia en concentrados de buena calidad durante todos los días. Los cambios en la dieta equina deben ser graduales. Si se realizan cambios de fuentes de forraje o de alimentación, éstos se deben realizar de manera gradual entre 8 y 10 días, para garantizar la adaptación del sistema digestivo.
Fuente: Adaptado de Agronegocios de La República. Autora: Cristina Estrada Rudas,
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