El Lombricompost y la degradación de plaguicidas

Posted on 21 noviembre 2019 by admin

Lombricompost

Lombricompost

El lombricompost representa solamente el 10 % del abono orgánico generado en el país. Foto: Unimedios.

  • En pruebas de laboratorio se pudo establecer que un abono orgánico comercial, producto de la degradación biológica de material obtenido por deposiciones de lombrices, retiene en las primeras capas del suelo el insecticida clorpirifós (empleado en Colombia para el control de plagas en cultivos) y además reduce su tiempo de permanencia.

La aplicación de clorpirifós, un plaguicida calificado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos como moderadamente tóxico (de categoría II), se considera de alto riesgo para pájaros, peces y mamíferos pequeños. Así mismo, algunos estudios han permitido demostrar que su uso excesivo ocasiona efectos nocivos sobre el hombre y el medio ambiente, además de su prolongada permanencia en los suelos.

Ante este panorama, Maricela Solarte Ordóñez, investigadora y doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (sede Palmira), evaluó el empleo de lombricompost en el proceso de recuperación del suelo luego de la aplicación de clorpirifós, para determinar sus beneficios.

Para ello, inicialmente eligió un suelo tomado de forma aleatoria en el corregimiento Potrerillo, del municipio de Palmira (Valle del Cauca), donde había sido aplicado el insecticida. La muestra se caracterizó química y físicamente, y los resultados mostraron un suelo “franco”, caracterizado por ser de buen drenaje interno, ligero y con baja capacidad retentiva de abonos y agua.

Luego, el suelo fue mezclado con el lombricompost en 3 tratamientos diferentes: uno con 100%; otro con 80% suelo y 20% abono; y el tercero con 50% suelo y 50% abono.

Posteriormente, a los 3 tratamientos les fue aplicado el insecticida; en el experimento se evaluó la capacidad de adsorción y desorción del químico, siendo la adsorción, el proceso mediante el cual las moléculas de líquidos, gases o sólidos disueltos, son retenidas en una superficie sólida. El proceso contrario es la desorción. La adsorción se expresa como la cantidad (%) de sustancia adsorbida por el suelo con relación a la cantidad suministrada.

Para la medición fueron utilizados modelos matemáticos, en los cuales el proceso se ajustó al isoterma de adsorción de Freundlich. Luego de su aplicación se concluyó que el lombricompost aumentó la capacidad de adsorción del insecticida a medida que se aumentaba el suministro del abono.

Con relación a la desorción (que permite ver si la retención del plaguicida es reversible o no en el suelo), para el tratamiento con 50% abono y 50% suelo, las concentraciones de insecticida fueron menores al límite de detección, por lo que puede inferirse que el proceso de adsorción fue irreversible, y en consecuencia positivo para el suelo.

Pruebas en laboratorio:

Otro aspecto fundamental de la investigación fue la evaluación en condiciones de laboratorio de cómo influye el abono orgánico originado en lombrices en el tiempo que permanece el insecticida en el suelo. Para ello, fueron utilizados los mismos 3 tratamientos y se fueron incubados durante 0, 1, 7, 14, 21, 35 y 45 días.

Uno de los resultados obtenidos fue que las concentraciones del clorpirifós decaen con el tiempo de manera exponencial, por lo que la adición de lombricompost al suelo influye en un menor tiempo de permanencia del plaguicida.

Además, se estimó el impacto ambiental de ese insecticida a través de los índices GUS y PBT, que miden el nivel de movilidad del plaguicida en el suelo y su toxicidad. En las condiciones establecidas en el experimento, dichos índices indican bajos riesgos de contaminación y baja agresividad del clorpirifós. Sin embargo, estos indicadores solamente son válidos en condiciones de laboratorio y pueden variar notablemente en campo.

Observa la investigadora que por la variabilidad de los suelos y de su manejo, la aplicación de clorpirifós en campo puede tener riesgos reales de contaminación ambiental, pues los productos de su degradación tienen mayor toxicidad que el producto original y se movilizan en el suelo.

Advierte que por esta razón, este estudio debe interpretarse y valorarse desde el punto de vista metodológico, careciendo de validez como muestra de inocuidad del producto en los agroecosistemas.

El clorpirifós tiene diferentes usos agrícolas, urbanos, pecuarios, industriales y domésticos para el control de insectos comohomóptera, coleóptera, díptera y lepidóptera  en el suelo y el follaje de las plantas, con nombres comerciales como Brodan, Dursban, Eradex, Pirinex o Lorsban. La exposición al clorpirifós puede darse a través de la ingestión de residuos en alimentos, absorción dérmica e inhalación de vapores.

Diferentes investigaciones, entre ellas las realizadas por las universidades de Columbia y de Nueva York, han demostrado que el clorpirifós se encuentra entre los factores que originan en los niños casos de autismo, pérdida de puntos en el coeficiente intelectual, trastornos de déficit de atención e hiperactividad y obesidad.

 

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero, quien cita como fuente original a: Agencia Noticias UN.

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