El control de los helmintos en la ganadería

Posted on 03 febrero 2021 by admin

Helmintos

Helmintos. Foto: parasitos.info

  • Las estrategias de control preventivo de parásitos gastrointestinales, pulmonares y hepáticos se han enfocado a limitar el contacto entre el huésped y el agente parasitario. A continuación, se plantean algunas medidas para el control de los helmintos.

Helia Rodríguez de Cardona, profesora de la Universidad Nacional, señaló que en primer lugar debe prevenirse el incremento del número de larvas infestantes sobre las pasturas, anticipando los periodos en los que es más probable encontrar un mayor número.

Esto implica remover y sanar  los animales susceptibles de ser infectados. Estos objetivos se pueden lograr mediante la interrelación de 3 factores: la administración de praderas, el uso de antihelmínticos y la adquisición de inmunidad.

Manejo de praderas

En este factor, es de importancia vital efectuar rotación de potreros, que en opinión de la experta es el mejor sistema de pastoreo para controlar los endoparásitos.

Según Rodríguez, mientras más frecuentes sean los traslados de un potrero a otro, será menor la cantidad de parásitos en la pradera. El solo hecho de un descanso superior a 8 semanas, contribuye notablemente al control de endoparásitos.

En esta misma línea, la profesora advierte que bajo ninguna circunstancia  se debe permitir el sobrepastoreo, pues obliga al bovino a pastar muy cerca de la superficie del suelo, que es donde en mayor cantidad se encuentran las larvas.

Otra táctica es la rotación alternada con cultivos. Las praderas utilizadas para pastoreo durante mucho tiempo deben ser cultivadas, eliminando de esta forma la mayor parte de los parásitos que se encuentran en el suelo.

También se puede acudir a los pastos de corte, disponiendo de agua limpia para su riego, o al drenaje para controlar la humedad del suelo, para evitar la formación de pantanos.

La autora desaconseja el empleo de materia fecal fresca como fertilizante, pues contribuye a la infestación de huevos y larvas. Si se utiliza, se debe someter a un proceso de descomposición mínimo de durante 3 meses, periodo en el cual mueren la mayoría de larvas.

Manejo de animales

Una de las estrategias es la separación de los animales por edades, en por lo menos 3 grupos: jóvenes (hasta 8 meses), medianos (de 9 a 22 meses) y adultos (mayores de 22 meses). Otra forma es separar los animales enfermos, que han mostrado síntomas de parasitismo.

Estos deben separarse del grupo y aislarse para tratamientos individuales. Al hacer la evaluación del tipo de infestación por medio de análisis de laboratorio, pueden separarse más rápidamente los parasitados, para que no se contaminen más las pasturas.

Suministro de antihelmínticos

Para un efectivo control antihelmíntico, se recurre a la administración racional de drogas, aunque advirtió que debe tolerarse un grado de parasitismo moderado, evitando tratamientos innecesarios o exagerados que pueden entorpecer la formación natural de resistencia.

El control de parásitos mediante antihelmínticos solo tiene efectos inmediatos y se deben hacer básicamente 2 o 3 dosificaciones por año combinándolas con la administración de pasturas seguras.

Todo tratamiento debe estar precedido de una información helmintológica sobre la región. No se debe utilizar en animales con infestación subclínica, ni en los momentos en que se presentan larvas hipobióticas. Tampoco se debe utilizar cuando los animales están en confinamiento.

Según Rodríguez, uno de los problemas principales de la terapia antihelmíntica es el desarrollo de resistencia que ocurre al haber individuos dentro de una misma población con capacidad de tolerar dosis repetidas de un componente químico.

Hay aumento de la resistencia cuando se involucran componentes que tienen diferentes modos de acción y resistencia múltiple cuando los individuos resisten 2 o más grupos químicos diferentes.

Para ello, hay que diferenciar una falla de la respuesta debida a la resistencia al antihelmíntico, de otras causas como: reinfestación rápida, inadecuada nutrición, subdosificación, antihelmínticos inadecuados, hypobiosis y mala administración.

 

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.

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