En la industria lechera, la actividad más importante después de la alimentación la constituye el ordeño de las vacas.
Cuando en esta actividad se utilizan equipos de ordeño mecánico, se requiere prevenir los efectos que un inadecuado mantenimiento de los equipos pueda tener sobre su funcionamiento y consecuentemente sobre la salud de la glándula mamaria y la calidad de la leche.
En efecto, fallas presentadas por inadecuado mantenimiento, pueden predisponer a la mastitis.
Así mismo, fluctuaciones drásticas del vacío, debidas al mal funcionamiento de la bomba o a fallas en pulsadores y reguladores, así como el sobreordeño por descuido, generan daño en el pezón y dejan vulnerable el tejido glandular a la agresión bacteriana.
Es pues necesaria la revisión rutinaria de los equipos de ordeño en toda explotación lechera, la cual comprende elementos mecánicos y piezas de hule, estos últimos particularmente importantes por el deterioro con el uso y la continua aplicación de químicos para su limpieza y desinfección, por ejemplo, las pezoneras presentan rugosidades, cuarteaduras, porosidades, fisuras y grietas que dan origen a focos de contaminación microbiana que no se eliminan con las prácticas de higiene rutinarias, lo que obliga a la realización de recambios periódicos .
Es importante entonces, conocer y seguir el procedimiento adecuado para un buen proceso de obtención de leche, así como el funcionamiento del equipo de ordeño y de sus componentes.