Por varios años se ha afirmado que la expansión de los países asiáticos generará una demanda global de productos del sector agropecuarios tanto de materias primas como de alimentos, tema que se convierte para cualquier país y particularmente para Colombia, en una oportunidad de negocio que produciría alta rentabilidad si los productores logran evolucionar hacia una visión empresarial.
Sin embargo, para que el negocio sea rentable, se requiere “ordenar la casa”. Para los expertos, el Estado debe buscar un modelo para el sector agropecuario nuevo que satisfaga las condiciones para que Colombia pueda competir en los mercados internacionales, mejore las condiciones socioeconómicas de su población y genere una relación fuerte entre los empresarios del agro.
Muchos proponen orientar la producción del país hacia aquellos productos que tienen un mayor potencial en los mercados externos, es decir, aquellos que han presentado un comportamiento dinámico, analizar los modelos agropecuarios de la región y desarrollar estrategias para la generación de alianzas entre productores.
En tal sentido, el modelo de Brasil puede constituir un buen ejemplo para empezar a entender las actividades agropecuarias con un mayor grado de formalización.
En efecto, como lo explica Aguinaldo De Lima, exdirector de la Secretaría Ejecutiva del Ministerio de Brasil, ese país dispone de un sistema competitivo y de importancia internacional, precisamente porque ha sabido sacar provecho de las oportunidades ofrecidas por la demanda asiática y desarrollar tecnologías propias, factores que han permitido que en la actualidad Brasil tenga la condición de ser el más importante exportador de alimentos del mundo. De Lima destacó el potencial del sector agropecuario colombiano, pero insistió en que es prioritaria la integración entre los sectores público y privado.
Para, el decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Caldas, Carlos Alberto Parra Salinas, Brasil es un modelo que se desarrolló pensando en la asociatividad, es decir, donde el Gobierno creyó en el cooperativismo como la esencia del desarrollo agrícola, definió metas y priorizó productos claves, con base en la seguridad y soberanía alimentarias.
Y agregó Parra Salinas que si Colombia pretende pensar en un nuevo modelo de desarrollo agropecuario, debe tener en consideración diferentes aspectos que permitan superar la crisis, planificar estrategias y buscar alternativas que hagan que se reoriente la visión del agro hacia una perspectiva más empresarial.
Para los expertos se debe pensar en reglas de juego claras, con el establecimiento de políticas de Estado que ofrezcan un mayor apoyo al sector agrícola. También coinciden en que debe haber un ambiente jurídico estable, no solo para el ingreso de inversión extranjera, sino también para los medianos y pequeños agricultores.
Julio José Orozco, Decano de la facultad de agronomía de la Universidad de Caldas, explicó que se debe trabajar en el cambio de mentalidad de los colombianos al pensar en el campesinado, indicando que los colombianos miramos lo rural como el sector de los pobres o nos referimos al término campesino como un sinónimo de “pobladores rurales” que viven en las peores condiciones. Y agregó que si queremos que la gente regrese al campo y vuelva a producir alimentos, hay que proveerles mejores servicios, educación y calidad de vida para modificar la visión del agricultor y hacer de este, un oficio dignificante.
Fuente: Agronegocios.
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