Termografía ocular
- El estrés por calor impacta el bienestar y la productividad de los animales. Estudios han mostrado la importancia de disponer de herramientas como la termografía infrarroja para prevenir el estrés.
El estrés por calor afecta especialmente al ganado bovino. En sistemas de engorde intensivos, donde la norma es la alimentación a base de granos, el problema del estrés térmico se exacerba por los efectos que pueden tener estas dietas en la salud digestiva, como la acidosis ruminal, lo cual agrava el malestar en los animales.
Basado en esta preocupación, un reciente estudio publicado en la revista Animals se centró en analizar el efecto del calor en 24 bovinos de raza angus.
Los animales se sometieron a condiciones controladas de calor y se analizaron sus respuestas fisiológicas y de comportamiento mediante la utilización de termografía infrarroja.
En el estudio se establecieron 2 grupos de alimentación: uno con dieta estándar a base de granos y otro con una dieta modificada con un 8% de alfalfa, sustituyendo parte del grano con el fin de mitigar los efectos en la digestión durante condiciones de estrés térmico.
Uno de los descubrimientos más relevantes fue la correlación entre el aumento de la temperatura ocular, medida mediante la termografía infrarroja (IRT), y la manifestación de comportamientos asociados con el estrés por calor.
Los bovinos mostraron señales de incomodidad como mantener las orejas hacia atrás, la cabeza baja y el aumento de la frecuencia respiratoria, todas señales de estrés térmico.
A medida que se elevaba la temperatura ocular, también se registraba el aumento de la temperatura ruminal, lo que insinúa que la IRT es una eficaz herramienta para evaluar la temperatura corporal central sin emplear métodos invasivos.
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Una conclusión importante fue que no se presentaron diferencias en las respuestas al estrés térmico entre los bovinos que fueron alimentados con la dieta estándar de grano y aquellos con la dieta modificada que incluía la alfalfa. A pesar de que la adición de alfalfa puede tener beneficios digestivos, en condiciones de extremo calor no fue suficiente para mitigar efectos del estrés térmico de forma considerable.
La termografía infrarroja, que mide la radiación infrarroja que emiten los cuerpos, ha demostrado ser una herramienta eficaz y no invasiva para la detección temprana del estrés por calor en el ganado.
Este método permite tener lecturas rápidas de la temperatura en superficies como los ojos, que reflejan cambios de la temperatura corporal interna sin necesidad de someter los animales a procesos invasivos como la medición de la temperatura ruminal o rectal.
El estudio mostró que la temperatura ocular, evaluada mediante IRT, tenía alta correlación con los niveles de estrés por calor.
Ello indica que la termografía puede utilizarse como un indicador confiable para el monitoreo del bienestar de los bovinos en condiciones de calor extremo.
Además, su facilidad de aplicación le permite a los productores ganaderos detectar el estrés térmico antes de que se presenten graves consecuencias en la salud de sus animales.
Finalmente, la capacidad de detectar variaciones en la temperatura ocular y, en consecuencia, en la temperatura corporal central de forma rápida y eficiente, le permite a los ganaderos tomar decisiones para mitigar el impacto del estrés térmico en sus rebaños.
Fuente:
Adaptado de CONtexto ganadero.
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