Manejo sanitario

Manejo sanitario de bovinos. Foto: procampo.com.ec

• La implementación de un adecuado manejo sanitario busca que en cada empresa ganadera se asegure el buen estado de salud del hato.

Así lo plantea Esperanza Polanía Pardo, Coordinadora del Área Salud y Bienestar Animal Fedegán, en la cartilla de Salud Animal en ganadería bovina, realizado por Fedegán-FNG, en el capítulo sobre las Buenas Prácticas Ganaderas, en el que se refiere al manejo sanitario y plantea una serie de recomendaciones.

Para ello, es importante tener la asesoría profesional de un médico veterinario que establezca los planes sanitarios preventivos y realice visitas de seguimiento periódicas.

Por ejemplo, cada empresa tiene sus propios sistemas y decisiones sobre el descorne, la castración y las actividades propias de cada región y sistema productivo, pero en general se deben realizar de la forma menos dolorosa para el bovino, más segura para los trabajadores y disminuir las posibilidades de posteriores infecciones.

También debe tenerse en consideración que cada etapa de vida de los animales tiene sus momentos críticos. Por ejemplo, aunque en el parto no se debe actuar directamente, sino dejar que la vaca trabaje de forma natural, el ternero sí necesita atención para la cura del ombligo.

En relación con la prevención de enfermedades se plantea que cada una de ellas tiene un esquema particular de aplicación de tratamientos, de acuerdo con el sexo, la edad y la zona donde se encuentren los animales.

El ganadero, con la asesoría del veterinario debe identificar los requerimientos particulares de su hato para diseñar el plan de prevención durante el año. Es una práctica inadecuada la aplicación indiscriminada de antiparasitarios y biológicos, así como la saturación de éstos durante ciertas épocas del año, ligadas a los ciclos oficiales de vacunación.

Cuando hay buenos planes preventivos, se reduce  la presencia de enfermedades y por consiguiente, hay menos necesidad de realizar tratamientos curativos; sin embargo, cuando esto sucede, la medicación debe ser formulada por un médico veterinario. Es importante instruir al personal de apoyo, para que siga estrictamente las recomendaciones relacionadas con dosis, días del tratamiento y vías de aplicación; cuidados para el almacenamiento y conservación de productos veterinarios; limpieza y desinfección de agujas; disposición de dosis sobrantes, utensilios, frascos e implementos utilizados; así como tomar las precauciones necesarias para su seguridad y cumplir con los tiempos de retiro de la leche ordeñada, esta leche no se les debe dar a las terneras porque les crea resistencia, lo mejor es descartarla.

Algunos animales presentan alguna sensibilidad particular a algunos medicamentos y reaccionan con cuadros respiratorios agudos, que en ocasiones no dan la oportunidad de suministrarles una terapia oportuna, originando la muerte. Esas reacciones se conocen comúnmente como “shock anafiláctico”. Por prevención, cada explotación ganadera debe disponer de un botiquín de primeros auxilios veterinarios para contrarrestar los efectos de la reacción cuando ésta se presente y poder salvar la vida del animal.

Todo evento adverso seguido a la aplicación de medicamentos debe ser reportado al ICA, para su seguimiento.

Además, es necesario llevar el registro en las tarjetas individuales de la aplicación de antiparasitarios, vacunas y tratamientos veterinarios, para poder realizar un seguimiento de su eficacia, controlar los tiempos de retiro y poder tomar decisiones conducentes a mejorar la salud general del hato.

Cuando se adquieran animales, se debe exigir el registro sanitario para asegurarse que tienen las vacunaciones oficiales contra fiebre aftosa y brucelosis y, si son para reproducción, los exámenes respectivos para machos y hembras.

Fuente: Adaptado de CONtexto ganadero.

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