Clamidiosis

Foto: dspace.ucuenca.edu.ec.
- La Clamidiosis es producida por una bacteria que ocasiona la interrupción temprana de la gestación de las vacas. Aunque las clamidias son más comunes en caprinos y ovinos, desde hace varias décadas se han encontrado en ejemplares vacunos.
La Clamidiosis en bovinos es producida por la bacteria Chlamydophila abortus, que había sido clasificada previamente como C. psittaci junto con otras especies de Chlamydiae.
De acuerdo con el trabajo realizado por el veterinario ecuatoriano Freddy Efraín Albarracín, en el año 1951 logró aislarse un agente del género Chlamidia en heces de bovinos afectados. El aborto ocasionado por este tipo de bacterias ha sido reportado en Reino Unido, Estados Unidos e India.
Las clamidias son bacterias intracelulares que no tienen la capacidad de generar ATP (adenosín trisfosfato), nucleótido necesario en la obtención de energía celular, por lo cual se le ha denominado como parásito de energía.
Es perteneciente a la familia Chlamydiaceae, la que se subdivide en los géneros Chlamydophila y Chlamydia. Las especies que más afectan al ganado vacuno son la C. pecorum y la C. abortus, que produce Encefalomielitis Esporádica.
Según Albarracín, se han realizado estudios serológicos en Suramérica, particularmente en Argentina, donde fueron evaluados 120 bovinos de los que el 46,86% estaba infectado por la enfermedad.
En las décadas del 50 y del 60, investigadores en California (EE.UU.) descubrieron un germen que ocasionaba los abortos diferentes a los agentes causales como Leptospirosis y Brucelosis.
La infección se contrae por la ingestión de pastos contaminados que ha estado en contacto con material placentario contaminado o secreciones vaginales, o transmitirse por contacto sexual con toros infectados.
Por su parte, las crías pueden contagiarse al momento de su nacimiento, y luego de quedar preñadas pueden continuar diseminando la infección cuando se presenta el aborto en las hembras ya adultas. Además, las clamidias pueden replicarse en el endometrio uterino ocasionando pérdidas embrionarias.
En Colombia han sido reportados casos, como lo aseguró Albarracín, así como los expertos Mogollón y otros en un artículo publicado en la revista del Instituto Colombiano Agropecuario, en 1982. En ese trabajo mostraron evidencia histológica y serológica de la Clamidiosis cerebral de bovinos.
Los signos clínicos con la C. abortus, abarcan sialorrea (excesiva producción de saliva) flujo nasal, tos, lagrimeo, diarrea e inapetencia en terneros de corta edad. Se aprecia descarga a nivel de la vulva y puede presentarse fiebre hasta de 48 grados antes de la ocurrencia del aborto.
Los abortos suelen presentarse en el tercer tercio de la gestación, sin necesidad de mostrar síntomas. Estos pueden presentarse por una combinación de factores y trastornos reproductivos.
Los métodos para la detección de clamidia son fijación de complemento, ELISA, inmunofluorescencia, métodos de aislamiento del agente (inoculación en embrión de pollo, cultivos celulares), e incluso pruebas de ADN.
Los abortos ocasionados por las clamidias pueden controlarse. Se deben separar aquellas hembras que han abortado o sospechosas de la presencia de la bacteria durante los partos.
Vale recordar la implementación del aislamiento sanitario y del manejo de los animales de reposición libres de enfermedades reproductivas. Hay algunas vacunas que se han desarrollado, aunque no es alto el nivel de protección del hato.
Fuente: Adaptado de CONtexto Ganadero.
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