Foto: Fernando Uribe Trujillo -CIPAV- Area de Ganadería Sostenible.
- La llaman candelilla de los pastos, pero se trata del Mión o Salivazo, enfermedad originada por insectos chupadores, los cuales pueden terminar con un potrero de la “noche a la mañana”, jornada en la que concentran sus ataques.
Es realmente sorprendente la recuperación de las praderas con las lluvias. Sin embargo, también es la época en la que aparece un insecto conocido como el Mión de los pastos o Salivazo, que afecta la capacidad productiva, no solamente por la desaparición del pasto, sino también por la invasión de malezas y la lenta recuperación de las praderas.
Efectivamente, durante los meses sin lluvia, el principal problema de la ganadería en la costa Caribe colombiana es la deficiente disponibilidad de forrajes. Una de las causas –además de la poca cultura de producción y conservación de alimentos para las épocas secas–, es la presencia de esta plaga que afecta principalmente la pastura Colosuana (Bothriochloa pertusa L.Camus), siendo la rotación de praderas que no va de acuerdo con los ciclos biológicos del parásito, uno de los factores predisponentes.
Control.
Fedegán y Corpoica realizaron, en más de 100 fincas de 5 Departamentos, durante 5 años, la investigación “Alternativas para el manejo integrado de El Mión de los pastos en la región Caribe Colombiana”, con el propósito de hacer más eficiente la producción, mejorar la rentabilidad y reducir el riesgo de la presencia del insecto.
De acuerdo con el estudio (Carta Fedegán 119), según su estado de infestación, las fincas afectadas pueden clasificarse, en: libres de Mión, recién colonizadas por Mión (1 a 3 años de ataque) y fincas afectadas con fuertes ataques durante varios años (4 años en adelante).
Manejo.
Tanto los propietarios como sus trabajadores se deben informar de cómo es el Mión, la forma como ataca y cómo puede manejarse durante los primeros focos. El desconocimiento de El Mión es el enemigo más grande del empresario ganadero. Por ejemplo, no saber que un parche seco por ataque del Mión, aparentemente insignificante, puede acelerar la degradación de la pradera.
Las fincas recién colonizadas por El Mión (1 a 3 años de ataque), deben monitorearse, potrero por potrero, cada 10 días y demarcar los primeros focos al inicio de las lluvias.
Adicionalmente, aplicar insecticidas granulados “artesanales” para focos pequeños entre 1 y 1.000 metros cuadrados. Para focos más grandes, hasta de 2 hectáreas, se sugiere el manejo con pisoteo dirigido (introducir ganado al potrero afectado).
El monitoreo permite conocer los primeros focos de ninfas (antes de que se seque el pasto por alimentación de adultos, fase de hojas con rayas blancuzcas).
La consigna es: “identificar y erradicar”. En los predios con energía eléctrica, se recomienda la observación alrededor de los postes de luz, de parches de pasto con cambio de color de verde a rojizo o amarillento (síntomas de daño de adulto de El Mión), ya que cuando están en movimiento son atraídos a las bombillas o a cualquiera fuente de luz.
Para fincas con varios años de historia de ataques fuertes, deben dibujarse planos del predio, con potreros divisiones, bajos, pendientes, etc., para identificar las áreas con ataques generalizados y, asimismo, determinar en cuáles años ha tenido los 3 últimos ataques.
Es prudente, delimitar el área con 4 o 5 estacas para revisiones periódicas cada 10 días. También, identificar los potreros libres de El Mión, para incluirlos en las revisiones periódicas. Las barreras naturales (arroyos, barreras con pasturas resistentes, cercas divisorias con vegetación densa) pueden “confinar” temporalmente estos potreros.
Recomendaciones.
a) Para potreros en descanso meses después de la llegada de las lluvias se recomienda: ocupar el potrero, cuando el pasto tenga un mínimo de desarrollo que permita su pastoreo. Asimismo, vigilar los primeros focos e intentar su manejo.
En el caso de que no sea posible aplicar la estrategia propuesta, pueden seguirse los siguientes planes:
– En pasturas con problemas recurrentes de Mión, cambiar a una pastura con reconocida tolerancia o resistencia a El Mión.
– Establecer sistemas de rotación de tal manera que las divisiones no queden desocupadas por un período mayor que el ciclo ninfa (de 21 a 24 días).
b) En potreros que estén siempre ocupados pero con una baja presión de pastoreo, es prudente realizar el monitoreo y el manejo de los primeros focos con aumento de presión de pastoreo.
c) Para potreros compactados, con pasturas bajitas (10 centímetros), potreros aledaños afectados y pendientes fuertes, acudir a lo siguiente:
-Renovar o recuperar los potreros siguiendo las curvas de nivel para que el suelo retenga la humedad y la pastura tolere mejor el daño y se recupere más rápidamente.
-Acudir al control manual de malezas y la siembra de leguminosas nativas e introducidas y establecer barreras con pastos resistentes.
d) En caso de que el predio con pastura susceptible a El Mión no tenga algún uso en ganadería debe henificarse, cortamalecear bajo (menos de 10 cms.) y sembrar leguminosas como clitoria, maní forrajero, kudzú, hortalizas, etc.
Fuente: Adaptado de CONtexto Ganadero.
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