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- La experiencia de Paraguay y Uruguay es ilustrativa de lo que le pueda suceder a Colombia. Por causa de la Fiebre Aftosa perdieron 1.330 millones de dólares.
Los últimos brotes de Fiebre Aftosa que se registraron en Uruguay en los años 2000 y 2001 ocasionaron pérdidas por US$ 730 millones y en Paraguay en los años 2011 y 2012 por US$ 600 millones.
Esa es la dimensión del impacto que el regreso de la Fiebre Aftosa podría ocasionarle a la economía ganadera colombiana.
En los dos países resultó afectada la ganadería bovina por la enfermedad, dejando entre los productores una nefasta experiencia por los impactos producidos en el hato y sus consecuencias en materia económica.
Dos rebrotes en Uruguay.
En Uruguay se registraron brotes de Fiebre Aftosa en el periodo 2000-2001, situación que ocasionó que las exportaciones disminuyeran en 41% en el 2001 con respecto al 2000.
Esa situación trajo pérdidas al sector ganadero que superaron los US$ 730 millones en los diversos eslabones de la cadena.
Según el Instituto Nacional de Carnes (INAC) de ese país, fueron sacrificados 11.922 bovinos: 6.829 en la primera reintroducción en el año 2000 y 5.093 en la segunda en abril de 2001.
También fueron sacrificados 14.500 ovinos y 1.482 porcinos en el mismo periodo.
Informaciones de la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal (Conhasa), indica que las indemnizaciones procedentes del Fondo Permanente de Indemnización fueron de US$ 13,6 millones. Estos recursos fueron pagados a ganaderos del departamento de Soriano al oeste de Uruguay y del departamento de Artigas en el extremo noroeste.
Según el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (OPYPA), los brotes presentados impactaron a la ganadería bovina, haciendo que este sector decreciera en 31%, lo que significó deja de percibir US$ 226 millones, entre los años 2000 y 2002. Este hecho resultó de gran trascendencia, pues la ganadería es uno de los renglones principales de la economía Uruguaya.
Igual situación sucedió a los frigoríficos, los cuales se vieron impactados por una reducción del 15% de sus ingresos, equivalentes a US$ 112 millones.
Seis meses de crisis en Paraguay.
Por su parte, en Paraguay un rebrote de Fiebre Aftosa ocurrido en septiembre del 2011, hizo que las exportaciones de carne de bovino disminuyeran el 16% con relación al 2010. En enero de 2012, tres meses después, apareció otro rebrote de la enfermedad.
Hasta mediados de 2012, las pérdidas para el sector cárnico se estimaron en US $600 millones.
Otro hecho notable fue que 220 contenedores que partieron desde Paraguay por un valor de US$ 75 millones, culminaron varados en diferentes puntos del planeta.
También 5.000 trabajadores que utilizaba la industria cárnica quedaron en cese laboral.
Simultáneamente 21 frigoríficos, firmas y cooperativas que exportaban carne registraron la pérdida de dinamismo económico.
A su vez, perdieron los esfuerzos realizados en la conquista y apertura de nuevos mercados. Sucedió con Chile, su principal destino de la carne bovina, así como con otros países suramericanos como Uruguay, Perú y Brasil. Igualmente, perdió los mercados de Taiwán, Israel y Sudáfrica.
Según el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa, 820 bovinos se sacrificaron entre el 22 y el 25 de septiembre del 2011 y 163 más el 9 de enero del 2012.
La emergencia sanitaria terminó el 13 de marzo de 2012, es decir, 6 meses después del primero foco detectado.
Fuente: Adaptado de CONtexto Ganadero.
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