- La fertilización foliar es una práctica usada con gran éxito desde hace muchos años en todos los cultivos, puesto que los órganos aéreos de las plantas terrestres, particularmente las hojas tienen capacidad de absorber nutrientes en soluciones. Este proceso de permeabilidad se presenta dependiendo de las características morfológicas de las plantas, climáticas del medio ambiente y químicas de la formulación.
Existen diversos mitos alrededor de esta práctica como el que las soluciones solamente ingresan a la hoja por los estomas, que las plantas absorben sustancias únicamente por la raíz y no por los órganos aéreos, que algunos de los nutrientes minerales y otras sustancias aplicadas vía foliar son molecularmente muy grandes para ser absorbidas y que el sistema de fertilización foliar es solo un maquillaje pasajero para los cultivos.
La absorción de nutrientes en disolución no se da propiamente por estomas o solo por la cutícula de la hoja, debido a que esta es totalmente hidrofóbica, por estar formada en su mayoría por ceras, por lo que el viaje de las sustancias a través de las hojas se realiza gracias a los poros que están diseminados a en la cutícula (haz y envés), así como por los canales que están en la parte basal o alrededor de los estomas, que son hidrofílicos pero de un tamaño muy pequeño y son los encargados de que los elementos que se aplican en solución, lleguen a los lugares de acción y nutran la planta.
Los poros son de una alta permeabilidad y absorben todo tipo de soluciones desde urea disuelta en agua, aminoácidos, azúcares o preferiblemente fertilizantes quelatados en forma orgánica o sintética determinado su mayor o menor grado de absorción y por ende su eficiencia.
Mediante la fertilización foliar se pueden brindar a la planta nutrientes que no pueden ser tomados debido a falta de disponibilidad en los suelos, períodos de inundación o sequía, escasa actividad radical por compactación del suelo o ataque de enfermedades y plagas o simplemente deficiencias originadas por desbalances nutricionales.
Por ello, esta práctica es la forma más efectiva para hacer que la planta absorba y movilice nutrientes inmóviles o carentes, permitiendo la corrección de deficiencias nutricionales puntuales y consecuentemente mejorando la calidad de los frutos en cuanto a textura, sabor y color.
Cuando se aplican nutrientes en solución foliar, es importante contar con un fertilizante de excelente calidad, preferiblemente de quelatación orgánica y con muy buen balance de nutrientes o del elemento específico que esté en carencia, para que la formulación tenga la suficiente capacidad de hidratar la cutícula, ingresar al sistema y nutrir la planta de manera eficiente.
Fuente: Agronegocios.