Ximena Ramírez Ayala de la publicación AGRONEGOCIOS, en su edición correspondiente al período comprendido entre el 9 y el 24 de octubre de 2013, presenta un interesante artículo relacionado con la transferencia embrionaria como sistema de reproducción equina. Afirma el artículo:
Dulcinea, Pecado de Yerbabuena, Promesa, Encanto de La Alambra, Silueta de Rancho Alegre y Diamante del Balón, quizá no le suenen familiar, sin embargo, esos nombres que parecen de telenovela, corresponden a las máximas multiplicadoras de genética de la actividad equina colombiana.
La transferencia embrionaria en las yeguas es una de las técnicas de reproducción asistida de mayor utilización en el mundo y en la actualidad produce alrededor de 50% de los ingresos de los criaderos de caballos del país. Un embrión de alguna de estas destacadas donadoras puede llegar a tener un precio hasta de $90 millones.
A estas yeguas las identifican tres características comunes, indispensables a la hora de formar parte de un programa de transferencia embrionaria equina: condiciones genéticas excelentes, es decir que sus antecesores (padres y abuelos) han sido ejemplares destacados por su calidad genética, pedigree, condiciones organolépticas sobresalientes y han sido probadas como madres de equinos de altísima calidad, muchos de ellos triunfando actualmente en las diferentes pistas equinas del país.
¿En qué consiste la transferencia embrionaria?
Lo primero que hay que conocer es que aunque las donadoras son las que reciben los aplausos en las ferias y exposiciones equinas, en el proceso también participan las yeguas receptoras, es decir aquellas que alquilan su vientre y se encargan del el proceso de gestación.
Según explica Gabriel Jaime Toro, médico veterinario y especialista en Reproducción Equina, la práctica veterinaria, que alcanza un costo de $5 millones, está basada en tomar el embrión de una yegua (donadora) y trasladarlo a la matriz de otra yegua (receptora) para que se desarrolle en ésta. Con ello se logra tener un mayor número de crías por año y por yegua.
La técnica inicia con la preparación de la yegua donante mediante un completo examen de evaluación reproductiva para conocer si es apta para ser utilizada en un programa de transferencia embrionaria.
Si en el examen se identifican anormalidades que requieran tratamiento por enfermedades, como por ejemplo, endometritis bacteriana, deben ser tratadas por parte de un veterinario antes de utilizar a la yegua para el procedimiento.
El manejo de las donantes incluye el recelo para el monitoreo de la conducta reproductiva, la palpación rectal y la ultrasonografía para el seguimiento de la actividad folicular durante el período estral. Durante el celo, las donantes se examinan cada día para evaluar el crecimiento folicular que permite conocer el momento óptimo para la inseminación con semen.
La preparación de las receptoras es quizá el aspecto más importante para tener éxito en una transferencia embrionaria. El ejemplar debe estar en el mismo período estral de la yegua receptora. La sincronización de la ovulación de los equinos tiene un intervalo de 1 a 3 días.
Cabe destacar que las yeguas receptoras deben estar en excelentes condiciones físicas, tener normales los ciclos menstruales y estar libres de anormalidades en el sistema uterino, para poder garantizar el éxito de la gestación.
En opinión de Raúl Erazo, del Criadero La Carolina de los Mellos, cuando se dispone de yeguas comprobadas como buenas reproductoras, la venta de embriones se convierte en un excelente negocio.
Fuente: Agronegocios.
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