El silvopastoreo es un sistema agroforestal que reúne en un mismo espacio ganado, pasto, árboles y algunas especies de gramíneas, con el fin de producir nutrientes en la superficie de los suelos. Su implementación reduce los costos de la alimentación de los animales, por lo que constituye una inversión que si bien no genera utilidades directas, sí acelera el crecimiento de los animales.
Sus costos dependen del sistema que se utilice y el tipo de clima. Si se siembran especies arbóreas como leucaena (banco de proteínas) y mata ratón, especiales para el trópico, una hectárea puede tener un costo de $4 millones. Para climas fríos, se recomienda, el sauco y la acacia. En el primero, el crecimiento del sistema se obtiene en cuatro meses, pero en clima frío puede tardarse unas semanas más. También los árboles frutales sirven para su implementación.
Las ventajas del sistema radican en que la coexistencia de estas especies generan microclimas que mejoran el metabolismo del ganado y así tienen una mejor digestión de los nutrientes ingeridos. Para Javier Cortés, profesor de zootecnia de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales, los sistemas silvopastoriles producen alimentos con mejor composición nutricional porque la cantidad de fibra, minerales y proteínas que los árboles extraen de la profundidad del suelo son variados y abundantes. Y esto, por supuesto, es lo que consumen los animales, afirma Cortés
La forma tradicional de implantar el sistema mediante la figura del callejón. De esta manera, se siembran los árboles en hileras, separados por espacios entre 10 y 20 metros cada uno. En medio de cada tronco se adaptan los arbustos y se ofrece el follaje que se desprende de los árboles. Ese espacio a su vez es utilizado para disponer algunos insumos como sal y melaza.
El silvopastoreo se ha extendido en Colombia porque está incorporado en políticas sostenibles para la protección de la tierra de la erosión. Carlos Julio Castro, coordinador del proyecto Conservación de Agua y Suelo de la CAR Cundinamarca, afirma que en Colombia se ha difundido el sistema porque constituye un modelo integral que, además de proteger el medio ambiente y conservar los paisajes, genera rentabilidad a futuro.
En efecto, en los casos de producción silvopastoril intensiva se presenta una amplia oportunidad de negocios. En primer lugar, los árboles pueden formar parte del mercado internacional de bonos de carbono. Segundo, puede obtenerse madera en el largo plazo. Tercero, si se plantan árboles frutales, sus frutos pueden ser comercializados.
Aunque el uso del sistema silvopastoril en Colombia se dio hace más de 10 años, en la actualidad no existen suficientes empresas certificadas que ofrezcan estos servicios. Solamente algunas entidades del Estado como las CAR y el Ministerio de Agricultura ofrecen asesoría en esta área, pero con enfoque de conservación.
Fuente: Agronegocios.