La publicación Agronegocios del diario La República en su edición correspondiente al período comprendido entre el 11 y el 24 de septiembre de 2013, publica un artículo relacionado con los efectos que producen las garrapatas en el ganado bovino. Expresa el documento:
Las garrapatas son parásitos externos que constituyen un gran enemigo para los bovinos, no solamente por los daños que producen en la piel, la anemia y pérdida de peso de los animales, sino también por la transmisión de los microorganismos que son conocidos como hemoparásitos y que corresponden a Babesia bigemina , Babesia bovis y Anaplasma marginale, las cuales le producen enfermedades.
La garrapata de los bovinos, conocida como Rhipicephalus (Boophilus) microplus, es de un solo huésped y su ciclo de vida se realiza en dos fases. La fase no parasitaria, que se lleva a cabo en el suelo y en los pastos y la fase parasitaria que se realiza en el cuerpo del animal.
Su localización puede ser detectada a simple vista en zonas como el cuello, la ubre, abdomen, orejas y rabo. Sin embargo, expertos recomiendan que el proceso correcto para la identificación de las garrapatas es mediante pruebas de laboratorio para una correcta clasificación taxonómica.
El médico veterinario zootecnista barranquillero José Clavijo Hoyos, explica que la presencia de estos animales en un hato de clima cálido es un problema muy serio, al cual, si no se le da el manejo técnico adecuado, puede producir grandes pérdidas económicas, ocasionadas por los efectos que tiene en la producción de la leche y de la carne, la ocurrencia de abortos, la presencia de infecciones por hemoparásitos y hasta la muerte de los animales, así como por los gastos por , honorarios médicos, droga veterinaria y exámenes de laboratorio.
La presencia del parásito se detecta cuando el animal presenta síntomas como pelo erizado en el lomo, ojos llorosos, inapetencia y decaimiento.
Un problema que requiere atención
Las garrapatas son importantes para que los animales obtengan inmunidad frente a ellas mismas, pero cuando el equilibrio se rompe, debido a factores como el inicio de época de lluvias, la inadecuada alimentación, razas susceptibles a ser afectadas, existencia de animales enfermos, animales en proceso de aclimatación o estresados, aparecen las infestaciones masivas que conducen a pérdida de peso, estados anémicos, daños en la piel, transmisión de enfermedades, entre otros, así como los efectos sobre la rentabilidad de los predios dedicados a la ganadería.
Para su control, se aconseja:
- Bañar periódicamente el ganado para la eliminación del parásito.
- Realizar la limpieza constante del lugar donde duermen los animales. Si es en lugares abiertos, debe fumigarse la tierra
- Semanalmente, sumergir la punta del rabo en un producto garrapaticida.
- Cada seis meses, realizar rotación del garrapaticida.
- Revisar periódicamente las orejas, las entrepiernas, el rabo y las pezuñas para detectar su presencia.
- Utilizar estrategias amigables con el medio ambiente con alternativas biológicas como el cultivo de plantas repelentes
- Observar si se presentan cambios en los ojos de los animales para apreciar si se encuentran en buen estado.
Fuente: Agronegocios.
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